- Disminuir la dependencia de la memorización como herramienta para recordar información.
- Usar tantos formatos complementarios como sea posible (visual, audio, multigráfico).
- Reducir la necesidad del usuario de usar habilidades organizativas complejas.
- Presentar un vocabulario que se aproxime al nivel de comprensión de los lectores. (Larraz 2015)